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El fin de nuestra era: Historia zombie - Capitulo III

Capitulo III: Las ordenes del ejército.

Ahora me encontraba solo y jodido, tenia una manada de al menos 60 zombies que venían hacia mi, el único medio de transporte que tenia podía verlo irse a los lejos escapando lo mas rápido posible de este infierno, sin mencionar que estaba muy cansado para seguir corriendo pero debía hacerlo.
Mientras se acercaban esas cosas hacia mi empecé a pensar en que podría hacer, por lo que veía no estaban en un estado de éxtasis como en mi casa, supongo que estaban alterados por que sabían donde había comida gratis pero no se las dejaría fácil, iba a sacar el revolver del bolso y…………………….. de golpe se me helo la sangre de todo el cuerpo al darme cuanta que ¡QUE NO TRAIA EL BOLSO CONMIGO!, recordé que había dejado el bolso en el techo de mi vecino, ¡no tenia agua, comida o mis zapatillas para correr y mientras malgastaba mi tiempo pensando tenia a esas bestia encima mío!, me dispuse a correr hacia una casa que se encontraba relativamente cerca, donde use los sillones para bloquearla la puerta pero cuando me dirigía a buscar una salida alternativa me encontré con una de esas cosas saliendo del baño, era una mujer, tenia la boca llena de sangre y pedazos de carne que se le iban cayendo de la boca, me recordó a las mujer de Resindet Evil 4 pero volviendo a la historia, se lanzo sobre mi y trato de morderme, la empuje y tire al suelo aturdiéndola un poco, no quería lastimar a esa mujer pero sino la mataba ella me mataría a mi, me puse de espalda a un pared y cuando se levanto se lanzo, solo tenia un segundo y no iba a desperdiciarlo se tiro sobre mi como fiera pero antes que me alcanzara yo salte instantáneamente así mi izquierda causando que chocara contra la pared e hiciera un gran hoyo en la pared, antes de que se pudiera levantarse le di una fuerte patada en la cabeza pero ni la molesto así que tome un palo con un clavo que estaba botado en la sala y le destrocé el cráneo.
Estuve llorando un rato por lo que había hecho, llamándome a mi mismo asesino, en aquel momento no sabia bien lo que estaba pasando, era inocente y tonto nada más.

Cuando pare de llorar escuche un fuerte ruido me levante para ver que era y pude ver como la casa se estaba llenando de zombies, cuando quise escabullirme silenciosamente pase a chocar contra una pared revelándole a todos donde estaba, corrieron y saltaron sobre mi pero los evadí, conseguí ocultarme en el baño de donde había salido esa mujer, al cerrarlo busque algo que me ayudara a retener la puerta y al abrir la cortina del baño pude ver el cuerpo de un hombre, el cual se había volado la cabeza con un revolver que tenia en su helada mano, trate de tomar un respiro y pensar en que podía hacer pero las opciones eran todas malas, podía ser comido por decenas de demonios come carne o seguir el ejemplo de aquel hombre y pegarme un tiro.
Era una difícil decisión pero si iba a morir quería que fuera rápidamente y sin dolor, me aleje de la puerta y tome el revolver del muerto, lo puse en mi boca, esos fueron los segundos más largos de mi vida en donde me arme de valor para así poder matarme al final hale del gatillo………….solo para darme cuenta que el maldito revolver ¡no tenia balas!, trate de tomar aire y pensar en la estupida decisión que había tomado, me di cuenta que no debía morir, mucha gente me quería y mi muerte solo les habría traído desdicha, sin mencionar a mi amada polola, si ella estaba viva, se moriría de pena por mi muerte, pero debía hacer algo y rápido si quería seguir viviendo ya que los zombies estaban rompiendo la puerta, vi la pequeña ventana del baño y no lo dude, rompí el cristal con el mango el revolver, apenas podía pasar por ahí pero esa mejor que morir, antes de caer una de esas cosas tomo mi pie pero no alcanzo a hacerme nada, al caer pude ver como todos los demás me bloqueaban el camino pero estaban bastante dispersados , mi única opción de escape era correr e ir evadiéndolos y esperar que no me rodearan.

Use todas mis fuerzas para poder correr como nunca lo había hecho, mientras iba clavándoles el hacha en la cabeza a todos lo que podían morderme y aun así no podía perderlos, en cuanto pasaba al lado suyo se sumaban en mi persecución hasta que eventualmente todos estaban corriendo detrás de mí. Me pisaron los talones durante varias cuadras hasta que a una calle de llegar a mi casa un lunático con una escopeta empezó a dispararles y a gritarles, eso los distrajo momentáneamente. Al llegar a mi casa me colgué de la muralla y salte como mono al techo del vecino para tomar mi chaqueta y el bolso, en el proceso aproveche de tomar una polera limpia de mi ropero, mientras me alistaba para salir escuche muchos disparos y explosiones, Salí a ver que sucedía y pude algo que por fin me saco una sonrisa pero después me sacaría el alma a causa del miedo. -¡El ejercito!- grite yo, ¡nuestra salvación estaba aquí! O al menos eso pensaba, me apure en ir hacia ellos cuando me tropecé con una escopeta, estuve varios segundos pensando de donde había salido y recordé al carabinero mordido, nadie la recogió después del incidente este podría ser mi golpe de suerte, la descargue para fijarme cuantos cartuchos usables tenia, 6 en total, no era mucho pero me ayudaría a sobrevivir, aunque ni con 40 cartuchos podría salir yo solo de lo que venia corriendo hacia, era los zombies, habían terminado de comer al lunático de la escopeta y con el nuevo olor a sangre en el ambiente, disparos y explosiones, estaban en su máximo nivel de locura y hambre.
No dude, corrí hacia los militares mientras cargaba mi revolver y alistaba la escopeta para disparar.

- ¡! OIGAN!- grite para hacerme notar entre tantos disparos-¡allá vienen, mírenlos!
-
Algunos miraron atónitos a la multitud de zombies que se dirigían hacia nosotros.

- ¿sabes cuantos son?-dijo el hombre que los lideraba.
- No exactamente- dije entre respiraciones- pero aproximo 50 o 60.
- OK, todo el mundo prepárese, ya se pueden ver a lo lejos.


Pude ver como todos cargaban su M16 y empezaban a tirarles granadas.

- Tu chico, ¿esa escopeta esta cargada?
- Eh………no……no lo esta- mentí temiendo que me la quitara.
- OK será mejor que la cargues, allá atrás…- fue interrumpido, fue interrumpido por rugidos pero no provenían de los zombies que íbamos a combatir, venían del pasaje que estaba a nuestro lado.
- ¡coño, son muchos!- y lo eran no estoy seguro del numero pero aproximo 30 más los 60 que venían en camino, no teníamos chance de salir de ahí pero yo no quería morir, ya no.

Me dirigía a cargar la escopeta cuando los soldados fueron atacados, fue horrible, venia un tanque hacia nosotros pero no podía hacer nada, aplasto a algunos pero cuando el soldado salio para disparar con su pistola se lo comieron en unos segundo, yo me olvide de las municiones y trate de escapar de allí. Cuando estaba corriendo pase a chocar un transmisor y pude interceptar una señal.

- equipo gamma, responda equipo gamma-decía la radio.
- Eh…….!carajo!-no supe que más hacer, solo tome la bocina- Eh….aquí equipo gamma, necesitamos ayuda, ¡nos están acabando!
- ¿Quién esta al habla?-
- ¡importa! ¡no están atacando!-grite desesperado al ver como un zombie le mordía la cara a un soldado- ¡necesitamos ayuda!
- ¡escúcheme bien!, ponga en la bocina a alguien del equipo gamma, ¡ahora!

De la nada apareció un soldado para hablar con su superior.

- ¡acá el cabo Ramírez! ¡Necesitamos ayuda por favor!

Solo deseaba que se callaran y trajeran ayuda ya que de 20 soldados 15 habían sido mordidos.

- Espere cabo, primero debo darle las instrucciones, sus ordenes cambiaron-dijo tranquilamente mientras nosotros vivíamos un infierno, lo maldije 100 veces mentalmente.
- Se reubicaran en el centro comercial “mall” de avenida Frei, los objetivos de su misión también cambiaron serán búsqueda y destrucción de los infectados, sobrevivientes para después poder descontaminar toda el área, cabo, Punta Arenas se volvió una zona roja y no podemos permitir que esto crezca en todo el país como en esa ciudad, no podemos dejar que nadie salga con vida de esta ciudad, ¡NADIE!


Quede atónito pero al cabo parecía no impórtale, solo quería que trajeran más hombres o que nos sacaran de ahí y la verdad yo también ya que casi no quedaban soldados intacto.

- ¿Qué significa desinfectar?
- Cállate debo avisar a las demás unidades de la nuevas órdenes.

No lo pensé, no titubee, tenia el arma en mis manos y solo hale del gatillo, pero no al soldado sino a su radio, debía evitar que se propagara ese mensaje.

- ¿Qué mierda haz hecho?
- No dejare que maten a los sobrevivientes del mall, ¡aun son personas!
- ¡teníamos que darles nuestra ubicación! Ahora moriremos por tu culpa.

Me tomo del cuello con fuerza y empezó a apretar hasta que en cuestión de segundos ya me estaba mareando, no podía creerlo con tantos monstruos como carne en las calles un soldado que debía protegerme me iba a matar pero no fue así lo que me salvo fue la ironía, de la nada apareció un zombie y se sirvió su brazo, lo zamarreo con fuerza hasta que lo soltó sin antes haberle sacado un pedazo de carne, cuando se fijo en mi también le di en la cara con la culata de la escopeta, trate de tomar una caja de cartuchos que estaba botada al lado de la radio, para recargar pero gracias a la sangre de los soldados esas cosas se alocaron demasiado y casi atrapan mi brazo pero tuve suerte, cuando escapaba me pase a caer y se cayeron todos los cartuchos, en mi apuro solo alcance a tomar 3 cartuchos y los demás los deje olvidados.

- ¡NO!, ¡VUELVE AQUÍ!- dijo el soldado que quiso matarme mientras 3 más lo empezaban a morder y se le sumaban varios más.

Corrí lo mas rápido que pude para alejarme del terror que se estaba viviendo allí, corrí por varios pasajes en la dirección del mall, tenia que ir a ayudar, a avisarles a los sobrevivientes que querían matarlos, que debían abandonar el mall y las zonas cercanas, no tenia idea de cómo iba a lograr que me creyeran o si quiera escucharan después de todo se supone que si el ejercito esta acá deberían venir a ayudarnos no a matarnos.

Como la casa de mi polola se encontraba en la misma dirección pase primero allá, el auto había salido tan de golpe que paso a botar el portón de metal pero a diferencia de mi casa en esta no había sangre, la puerta estaba abierta, entre sigilosamente esperando que ella estuviera bien pero sinceramente una parte de mi prefería verla muerta que transformada en un horrible monstruo come carne. Revise casi toda la casa y no vi ni sangre ni cuerpos, también faltaban fotos y ropa, al menos en la habitación de la feña era así, me iba hacia la puerta cuando escuche varios movimientos en el quincho, había alguien o algo allí, normalmente me hubiera ido para evitar problemas pero que tal…….¿si fuera ella? Debía saberlo.
No estaba acostumbrado a disparar con la escopeta por eso cuando dispare la primera vez la acomode mal causándome un dolor en las costillas del lado derecho por eso quise ocupar el hacha de mano, seria silencio y tranquilo, deje la escopeta en el sillón y ajustándome bien el bolso me dirigí hacia el quincho, abrí lentamente la puerta pero algo salto sobre mi demasiado rápido como para hacer algo, la sorpresa causo que cayera al suelo, sentí su lengua en mi cara e incluso mi boca y pude escuchar sus horribles y tétricos ………………..¿ladridos? ¡ERA MI PERRO! (mío y de la Fernanda, lo adoptamos juntos pero por problemas familiares no pudo vivir conmigo)

- ¡CABOOSE!-dije mientras lo abrazaba y besaba- ¡ESTAS BIEN!

Claro sus respuestas a todas mis preguntas eran ladridos pero no podía evitar preguntarle si sabia donde estaba la feña o si ella estaba bien, obviamente no me respondió pero me ayudaba mucho hablar con el.
Le puse su collar y correa para que se fuera conmigo, también empaque bastante comida para perro en el bolso para que no pase hambre. Caboose era un perro de raza ladrador era casi un bebe no tenia mas de 5 meses de edad humana pero ya era grande, su pelaje era completamente negro a excepción de su pecho que en esa zona era blanco lo que lo hacia fácil de distinguir entre los demás perros.
Comí algo antes de salir y nos fuimos, la verdad es que no había visto muchas personas desde que esto comenzó pero ya me daba cuenta porque, las personas estaban asaltando los supermercados y en este caso en particular el mall, se llevaban comida, agua, pañales y mucha leche en polvo mientras corrían de forma despavorida, como si huyesen de algo pero eso no me importaba lo que si capto mi atención era que se llevaban todas estas cosas pero diferentes cantidades, eso me dio a entender las 2 situaciones más probables.
Que los que llevan estos productos en masa ósea muchos, se estaban refugiando en su hogar y se preparaban para estar mucho tiempo en el pero en cambio los que llevaban poco podría significar que se preparaban para algún viaje.
No me molestaba, creo que era lo correcto pero lo que me molesto era la gente robando televisores y cosas por el estilo, aprovechaban el pánico y los problemas para robar, eso era lo ultimo que debían hacer en una situación así pero no me quedaría a hablarles de moral, tenia que advertirles pero lo que no sabia es que esa gente ya estaba más que advertida, ellos se iba corriendo por un motivo, no le preste atención ya pensé que era común querer llegar a su hogar con las provisiones, pero esas personas no corrían por ello y yo pronto me enteraría que ir al mall era una de las cosas más peligrosas y tontas que podría hacer.


Autor: alvaraiz.

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